miércoles, 6 de enero de 2010

Sobre las despedidas

La despedida mas dolorosa que recuerdo fue cuando... y me fui, llegué a mi nueva casa y me sentí rara, con mucho trabajo por hacer y un colchón inflable en el piso, bolsas y bolsas que contenían todo aquello que no podía ni mirar pues todo me llevaba a ti. Comencé poco a poco, saqué primero la ropa que era lo que definitivamente tenía que sacar, después películas, libros y como olvidar los cosméticos y demás cosas que van en un tocador, me tardé horas en poder acomodar perfumes, cremas, tratamientos para el cabello y pendejada y media que anda uno utilizando hoy en día, debo decir que no todo lo hice en un día, aproximadamente me tarde dos semanas en poder acomodar toda mi vida en mi nuevo hogar y no tanto por la cantidad de cosas que tengo sino por la falta de tiempo y el cansancio que provoca pasar 10 horas en la oficina. Cuando finalmente todo estuvo en su "lugar" (si es que ahí es su lugar), prefiero decir que ya que finalmente todo estuvo en el espacio que le correspondía empezaron mis mas grandes temores: "y ahora que?" "con quien voy a salir?" "si salgo como me regreso en la noche hasta acá?" "y si no me encuentro a nadie que conozca y me siento incomoda?" "y si me asaltan y no me queda dinero para regresarme?" "a donde saldré este fin de semana si todos mis amigos tiene planes?"... y así pasé semanas hasta que llegó mi ángel guardian al que le debo mas de lo que se imagina, él llegó a revivirme, a sacarme del abismo en el que me encontraba, lo primero que hicimos fue salir a bailar y ponernos ebrios (como se debe) en un tour magico-cultural por el centro de la ciudad en los lugares que ya conocemos pero ahora con un toque diferente, ahora ya no dependíamos de nada, podíamos llegar a casa o no llegar, quedarnos en donde quisiéramos o seguir la fiesta hasta que nos corrieran del lugar, era todo taaaaan genial que no pudimos dejar de sonreír en toda la noche y bailar. No obstante en la semana me hizo compañía un par de noches en las que mas sola me sentía, acompañados de unas chelas y unas respectivas buenas películas pasamos de ser amigos a ser "AMIGUIS" nos contamos cosas que quizá nadie mas sepa de nosotros, nos reímos tanto que hasta los pómulos nos dolían y así hemos pasado semanas, pero al pasar de los días las cosas no han sido iguales, no dejan de ser geniales pero ya no parecemos niños pequeños queriéndonos comer al mundo, paulatinamente hemos ido tomando nuestro ritmo y lugar esto también debido a una indiscreción (como dicen en sex and the city) que me alejó un poco de todo, pero después de haber atravesado el bache ahora estoy de vuelta y mi angelito sigue aquí conmigo.
Angelito, quiero agradecerte que te hayas aparecido en mi vida y me hayas brindado la oportunidad de ser tu amiga, que me quieras tanto y que estés conmigo en los momentos mas complicados de mi vida, sabes que todo es reciproco y cuando necesites de mi ahí estaré.

Te quiero mucho.

No hay comentarios: